En un reciente evento de inteligencia artificial, el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, compartió una emocionante visión sobre el futuro desarrollo de ChatGPT. Mencionó que el ChatGPT ideal será capaz de registrar cada instante de la vida de los usuarios, proporcionando así un servicio más personalizado. Cuando se le preguntó cómo hacer que ChatGPT estuviera aún más alineado con los usuarios, Altman expresó su deseo de desarrollar un pequeño modelo de razonamiento que pudiera integrar las experiencias y antecedentes personales de las personas.
El modelo que imaginaba podría contener registros de conversaciones a lo largo de toda la vida del usuario, los libros que ha leído, los correos electrónicos enviados y la información que ha navegado. Este modelo no solo almacenaría la información, sino que también sería capaz de realizar inferencias eficientes sobre ella, comprendiendo verdaderamente el tejido de la vida del usuario. Además, Altman mencionó que esta forma de integración de datos también es aplicable para empresas, permitiéndoles obtener insights a partir de grandes cantidades de datos.
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Cuando habló sobre cómo los jóvenes utilizan ChatGPT, Altman señaló que los estudiantes universitarios lo ven como un sistema operativo, cargando archivos y conectando fuentes de datos para procesar información mediante complejas sugerencias. A diferencia de las generaciones mayores que lo consideran un motor de búsqueda, los jóvenes tienden a verlo como un asesor en sus decisiones vitales. Comentó: "Es difícil que los jóvenes tomen decisiones importantes sin consultar a ChatGPT".
A pesar de que el futuro de ChatGPT parece emocionante, Altman también nos advirtió sobre tener precaución ante la capacidad de las grandes compañías tecnológicas de controlar cada aspecto de nuestras vidas. Por ejemplo, Google alguna vez se comprometió a "no ser malvado", pero reveló comportamientos inapropiados durante un litigio por prácticas antimonopolio. Además, algunos robots de conversación han sido descubiertos como susceptibles a influencias políticas, lo que nos lleva a reflexionar sobre cómo equilibrar el progreso tecnológico con los riesgos morales.
Con miras al futuro, tal vez podamos esperar un asistente de inteligencia artificial omnisciente que maneje los detalles de la vida automáticamente, como programar mantenimientos del automóvil o reservar libros. Sin embargo, también debemos considerar seriamente la responsabilidad y transparencia de las compañías tecnológicas en estos campos, para prevenir posibles abusos.