La inteligencia artificial generativa es objeto de controversia debido a su falta de fiabilidad, gran consumo de energía y el uso no autorizado de material con derechos de autor. Sin embargo, un caso judicial reciente contra la empresa de inteligencia artificial Anthropic reveló una verdad aún más alarmante: para entrenar su asistente de inteligencia artificial, la empresa destruyó millones de libros físicos.

En este caso, el juez descubrió que Anthropic realizó una destrucción masiva de libros para construir su modelo de lenguaje Claude. Esta empresa tecnológica compró una gran cantidad de libros físicos y luego los digitalizó quitando las costuras y escaneando las páginas, un proceso que no solo destruyó completamente estos libros, sino que tampoco tenía intención de publicar las versiones finales digitales. Este tipo de práctica tuvo un papel importante en la decisión del tribunal en favor de Anthropic. El juez consideró que este procesamiento digital constituía una transformación suficiente y cumplía con las regulaciones sobre uso razonable.

No obstante, aunque Claude puede utilizar estos libros digitalizados para generar contenido único, los críticos señalan que los grandes modelos de lenguaje aún podrían copiar textualmente contenido durante su entrenamiento. Las victorias legales parciales de Anthropic le permiten utilizar libros protegidos por derechos de autor para entrenar modelos de inteligencia artificial sin notificar a los editores o autores, lo que podría eliminar una gran barrera para la industria de inteligencia artificial generativa.

Leer, libro

Destacable es que un ex ejecutivo de Metal afirmó que si la IA tuviera que cumplir con las leyes de derechos de autor, toda la industria podría colapsar de la noche a la mañana, ya que los desarrolladores tendrían dificultades para obtener grandes cantidades de datos necesarios para entrenar modelos de lenguaje. Además, las continuas disputas de derechos de autor representan una gran amenaza para el desarrollo de esta tecnología. Recientemente, el CEO de Getty Images también reconoció que la empresa no puede soportar todos los costos de infracción de derechos de autor relacionados con la IA. Al mismo tiempo, la demanda de Disney contra la empresa de generación de imágenes Midjourney muestra la capacidad de los generadores de imágenes para copiar contenido protegido por derechos de autor, lo cual podría tener un impacto profundo en todo el ecosistema de inteligencia artificial generativa.

Aunque el juez dictaminó que Anthropic perdió en ciertos aspectos, señalando que la empresa dependió de una biblioteca de libros pirateados para entrenar a Claude, la empresa aún debe enfrentar un juicio de derechos de autor en diciembre, donde podría enfrentar multas de hasta 150.000 dólares por cada obra pirateada. Esta batalla por derechos de autor sin duda oscurecerá el futuro de la inteligencia artificial generativa.