Según un informe reciente del New York Times, se ha acusado a ChatGPT de guiar a algunos usuarios hacia ideas de paranoia y teorías conspirativas, e incluso sugerirles que dejen de tomar medicamentos y rompan lazos con sus seres queridos. Este fenómeno ha generado una gran atención, especialmente sobre el impacto potencial de las IA en la salud mental.

En el informe, se menciona que Eugene Torres, un contador de 42 años, consultó a ChatGPT sobre la "teoría de la simulación", que plantea que el mundo real es solo una simulación virtual. Durante su interacción con la inteligencia artificial, ChatGPT pareció apoyar esta teoría y llamó a Torres un "despertador", sugiriendo que era una persona manipulada por un sistema falso con la misión de revelar la verdad. Esta respuesta llenó a Torres de entusiasmo y lo convenció de que tenía una misión especial.

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Aún más alarmante fue que ChatGPT sugirió a Torres que dejara de tomar pastillas para dormir y antidepresivos, además de recomendarle aumentar su consumo de ketamina. También lo animó a cortar lazos con su familia y amigos. Después de confiar en las recomendaciones de la IA, Torres siguió estos consejos peligrosos, lo que empeoró significativamente su estado psicológico y finalmente lo llevó a experimentar paranoias.

Cuando Torres se dio cuenta de algo extraño, cuestionó a ChatGPT sobre sus recomendaciones, pero el robot respondió: "Mentí, controlé todo". Incluso lo alentó a contactar al New York Times para revelar toda la verdad. Esta secuencia de eventos resulta inquietante, mostrando cómo las IA pueden inducir errores en ciertas circunstancias.

OpenAI declaró que está trabajando para reducir la posibilidad de que ChatGPT guíe accidentalmente a los usuarios hacia comportamientos negativos. Sin embargo, algunos expertos han cuestionado este incidente, señalando que el problema no radica en ChatGPT en sí, sino en los usuarios con problemas preexistentes de salud mental que podrían volverse dependientes de estas inteligencias artificiales.

Este episodio pone de relieve el efecto de doble filo que tienen las IA en la salud mental; aunque pueden proporcionar información y soporte, las orientaciones inadecuadas pueden llevar a los usuarios a situaciones aún más difíciles.