En el mundo de la tecnología, siempre hay noticias impactantes, y esta vez le toca el turno a los pesos pesados de la IA de OpenAI y Microsoft. Se rumorea que el vicepresidente de IA de Microsoft, Sebastien Bubeck, dejará su puesto para unirse a OpenAI, en busca del misterioso sueño de la AGI (Inteligencia Artificial General). Mientras tanto, Mira Murati, recientemente ex directora de tecnología de OpenAI, está planeando su propia empresa, y se dice que incluso intentará reclutar a empleados de OpenAI para su nuevo proyecto.
Bubeck, una figura clave en la industria, ha estado en Microsoft durante diez años, y antes de eso fue profesor asistente en la Universidad de Princeton. Sus logros son numerosos; recientemente, lideró el desarrollo del prometedor modelo Phi, que superó a GPT-3.5 en varias pruebas. La primera versión, Phi-1, causó sensación con sus excelentes resultados. Posteriormente, el equipo lanzó Phi-1.5, Phi-2 y Phi-3, siendo Phi-3.5 especialmente notable por su eficiencia en parámetros y la integración de la arquitectura MoE, incluso superando a GPT-4 en algunas pruebas de referencia.
Bubeck se muestra optimista sobre el futuro, expresando su deseo de profundizar en la comprensión de "cómo surge la inteligencia en los modelos de lenguaje grandes (LLM)" y utilizar este conocimiento para mejorar el rendimiento de los modelos. Aunque se marcha de Microsoft, sus colaboradores continuarán trabajando en el desarrollo de la serie Phi.
Simultáneamente, la ex directora de tecnología, Murati, busca nuevas oportunidades empresariales. Podría fundar una empresa con el ex vicepresidente de OpenAI, Barret Zoph, o unirse a otra compañía tecnológica. Según fuentes internas, algunos investigadores de OpenAI han mostrado interés en el proyecto de Murati, incluso considerando la posibilidad de unirse a ella, lo que ha generado cierta inestabilidad dentro de OpenAI, con algunos investigadores solicitando cambios de equipo.
Además de Murati, otros empleados de OpenAI han abandonado la empresa recientemente, incluyendo a Luke Metz, desarrollador de ChatGPT. Estas salidas podrían representar un desafío significativo para OpenAI, especialmente en un contexto de creciente competencia salarial.
Curiosamente, Lilian Weng, vicepresidenta de investigación de seguridad de OpenAI, publicó el mismo día una oferta de empleo para científicos e ingenieros de investigación, aunque su capacidad para atraer talento se cuestiona. En resumen, OpenAI enfrenta una doble presión por la fuga de talentos, y el futuro se presenta incierto.
Enlace al artículo: https://arxiv.org/pdf/2404.14219