El tema más caliente en el círculo de la tecnología se ha encendido nuevamente. El año pasado, cuando Amazon reclutó al equipo fundador de Adept, una startup de IA, de una manera inédita, toda la industria quedó conmocionada. Este nuevo modelo de transacción, conocido como "adquisición inversa de talento", permitió a las grandes empresas de tecnología lograr sus objetivos sin adquirir por completo a las startups, sino mediante la contratación del equipo principal y el otorgamiento de licencias tecnológicas.
La figura central de esta transacción fue David Luan, quien pasó de ser cofundador y CEO de Adept a liderar el nuevo laboratorio de AGI de Amazon. Ahora, frente a las críticas externas, Luan finalmente rompió su silencio y defendió públicamente su decisión en una entrevista con The Verge.
Cuando se le preguntó sobre esta tendencia de "adquisición inversa de talento", la respuesta de Luan fue significativa. Reconoció que espera ser recordado "como un innovador en investigación de IA, no como un innovador en estructuras de transacciones". Sin embargo, desde su perspectiva, es completamente razonable que empresas tecnológicas como Amazon se centren en "la calidad clave de concentrar talento y recursos computacionales" en este momento.
Más interesante aún fue la explicación de Luan sobre su salida de la empresa que él mismo fundó. No dudó en decir que no quería convertir a Adept en "una empresa empresarial que venda solo modelos pequeños". Para él, aún hay "cuatro problemas clave de investigación para alcanzar la AGI" que necesitan resolverse, y ese es realmente su verdadero propósito.
Lo más impactante fue la descripción sincera de Luan sobre sus necesidades de recursos. Dijo abiertamente que resolver estos problemas fundamentales requiere "cada uno de ellos un clúster de cómputo valorado en cientos de miles de millones de dólares". Frente a esta demanda astronómica de recursos, preguntó: "¿De qué otra forma tendría yo la oportunidad de lograr este objetivo?"
Estas palabras no solo proporcionan una sólida defensa de su elección profesional, sino que también revelan la dura realidad de la competencia actual en inteligencia artificial: en la carrera final hacia la inteligencia artificial general, solo las grandes empresas tecnológicas con enormes recursos pueden participar realmente en este juego que cambiará el mundo.